2016년 8월 21일 일요일

Vida de Don Duarte de Meneses 16

Vida de Don Duarte de Meneses 16


armas, hizierõ mucho daño a los Portugueſes. Retirarõſe entõces, i el
Rey provocado con la reſiſtencia, otro dia mandó arrimar las mantas
para picar a prieſſa el muro; i al Infante Don Henrique con ſu gente
puſieſſe las eſcalas por otra parte, procurando ſubir: deſta manera ſe
començô un rezio aſſalto, andando el Rey con ſu guardia, animando la
gente, i dando orden en todo lo que convenia para reforçar el combate;
durô dudoſo haſta media noche. A eſte tiempo el Infante hizo aſſeſtar
una pieſſa grueſſa de artilleria hàzia una parte del muro, que le
parecio eſtar màs flaca, i como al primer tiro cayeſſe gran parte del;
Los Moros, que vieron la entrada abierta, a la poſtre cayeron de
aquella gallardia, i ſe offrecieron al Rey con ciertas condiciones
honeſtas; aceptôlas el Infante en ſu nombre: i en cumplimiento dellas,
deſampararon la ciudad, i la dexaron libre al vencedor. Entrò en ella
el Rey a pie en proceſsion, fueſſe derecho a la Meſquita, i deſpues de
hazerla conſagrar a la advocacion de nueſtra Señora de la Concepcion,
i de dar gracias al Cielo, por la victoria recebida: tratò de eligir
General para aquella plaça. Tuvo muchos oppoſitores el cargo; por̃q
el ſer de tanto rieſgo, eran los gajes, q̃ más los convidava a
pretendelle. Però el Rey advertiendo, que en las proviſiones de cargos
publicos, han de ſer publicas las qualidades del que fuere proveido;
porque a ſer de otra manera, es màs ſuerte, que eleccion; la hizo de D.
Duarte, con penſamiento de ſoſſegar a los pretendientes; porque eſta es
la ventura de acomodar los oficios en las perſonas màs dignas, que ſe
grangean los quexoſos igualmente, que los provehidos; porque ſiempre
los benemeritos ſon los ojos del pueblo; i las proviſiones, que haze la
acclamacion publica tienen otros aciertos, que no ſe pueden conſiderar
en las demàs.
 
(4) Deſta fueron publicos los agradecimientos, que ſe dieron al Rey,
por el Infante Don Henrique; porque eſte Principe tenia tanto cuidado
de la nobleza, que eſtimava como proprias, las mercedes, que recebia:
ſiẽdo eſte zelo tan provechoſo a los Reyes, como a los ſubditos; pues
entre las gracias, que ſe le dan de ſemejantes beneficios, ſe mezclan
otras advertencias de grande eſtima, que ſiempre ſon mejor oydas por el
camino de la adulacion, que de la libertad; quando las verdades dichas
a ſecas a los Principes deſagradã màs de lo que perſuaden; por la
coſtumbre quaſi comun de eſcuchar ſolamente con guſto lo màs agradable.
 
(5) Señalòſe D. Duarte en eſte cerco con grãdes ventajas, ſerviendo
de avẽturero; porque los pueſtos principales de exercito, ocuparon el
Rey, los Infantes, i el Marques de Villa Vicioſa; i no ſacó menos fama
de obedecer, que de quando mandava: porque ſabia ſer ſoldado tambien
como capitan, preciandoſe ſolo de cumplir enteramente con la obligacion
de la honra, ſin dar lugar a la vanidad, ó a la ſobervia, antes
moſtró con una ſingular modeſtia, que no rehuzava nada por temor, ni
aſpirava por codicia. El Rey pues en el acto de encargar eſte oficio
a D. Duarte, procedio con toda la beneuolencia de palabras, i favores
publicos, con que los Principes ſaben obligar a los ſubditos, quando
quierẽ; que por la maior parte es, en la ocaſion, en q̃ juzgan les ſon
meneſter. Al darle las llaves de la fortaleza, i el baſton de General,
diſcurrio largamente por ſus merecimientos, eſtãdo preſentes los
Infantes, ſeñores, fidalgos, i capitanes del exercito; i deſpues màs en
publico, i en voz alta, de manera que lo eſcuchaſſen todos, mirandole
con alegre, i ſerena frente, le hablò deſta manera.
 
_No rehuzo el confeßaros (D. Duarte) por acreedor tan en publico,
quando las deudas, en que me haveis pueſto, ni ſon ſecretas, ni de
calidad, que olvidallas no ſea condenar yo miſmo mi reputacion.
Siento los muchos, que os aventajan en los premios; no os igualando
en los meritos: por ajuſtarme a ellos, os encargo deſta plaça; porque
conoſco de vueſtro valor, que ſolo tendreis por merced la occaſion de
exercitarle. Librome con eſto de una reſtituicion, en que os eſtava
del govierno de Ceuta; pues ſe os quito ſin razon, haviendola vos
ſuſtentado igualmente, que el Conde vuestro padre: pero ſiendo eſta
la ſegunda fortaleza, que ganamos en Berberia, ſois vos el primero,
con que podemos aßegurarla en eſtos principios; q̃ es quando las
perdidas tienen la vehemencia de ſu dolor, i la vengança propria,
maiores affectos: differentes alabanças merece, el que defiende una
plaça recien rendida; de aquel que la conſerva, deſpues a largo tiempo
de conquiſtada. Eſpero, que me ſirvais de ſuerte en eſta conquiſta,
que os deva nueſtra Real corona mâs ciudades, que eſta, haziendola
puerta, por donde entremos victorioſos a ſeñorear haſta Fez, a cuyo
imperio puedo aſpirar ſeguramente, con vueſtro braço, i prudencia._
 
Callò, i D. Duarte pueſto de rodillas, reſpondiò en eſta forma.
 
_Sereniſsimo Senhor, ya no me queda lugar de ſolicitar otro galardon
a mis ſervicios, quando V. A. me aventaja tãto en repetirlos;
premiandome el zelo, cõ que los hize, que es ſolo el que merece tanta
ſatisfacion: en eſta de aora hallo el cumplimiento de mi deſſeo; pues
confieſſo a V. A. una ambicion, que me abrazô ſiempre, i fue de morir
por el ſervicio de Dios, i vueſtro. Haſta aqui no os puedo negar, que
vivia quexoſo, i aun quiçâ impaciente, quando haviendo enemigos deſta
corona, eſtava ſin las armas en las manos. Que honrado ay, ſeñor, ̃q
no tenga por afrenta el ocio? La fortaleza ſin exercicio, eſtá cerca
de entorpecerſe: dizelo la experiencia, i la virtud lo acclama; ſin
ella, que valen dichas? Podran enriquecer a uno, però no honrarlo.
Verdad es, que eſte cargo me deviades de juſticia, aun no entra
aqui gracia, porque la guardo para ſuplicaros empleeis muchas en ſu
conſervacion. Eſta es ciudad mâs vueſtra, que todas; pues la ganaſtes
por vueſtro braço. No olvideis eſta gloria, que aumentarâ, ſin duda,
dignidad a vuestra grandeza, en el grado, que và de lo adquirido, a
lo heredado. Serâ uno de vueſtros titulos Reales, que el tiempo, ni
la embidia podran borrar jamâs. Añadio a vueſtro abuelo algo de ſus
proezas, el ſer ſeñor de Ceuta; pareciendole, que en nada moſtrava
mâs ſu mageſtad, que en publicar ſus brios: dellos ſe originaron los
Reyes, i ſolo tuvieron de Principes, lo que tuvieron de fuertes;
obligaciõ es de los nueſtros mâs preciſa, pues ſe hizieron por ſu
valor ellos miſmos: quedando por herencia deſta corona, conquiſtar
imperios, de quien los goza tan ſin derecho, i razon, como eſtos
barbaros; ſi tras deſto conſiderais eſta fuerça, vereis el empeño,
que os dexa para conſervarla. No la reguleis por el tamaño, ſino por
la importancia: fue eſcogida por los Moros para paſſage, i eſcala de
Eſpaña. Eſtà, como veis, en lo mâs angoſto deſte eſtrecho; cõ maiores
comodidades de madera, i puerto para navios, cõ que los enemigos
infeſtavã toda eſta costa. Deſtas utilidades, que ellos poſſehian,
nacerâ, ſin duda, la prieſſa, con que bolveran a conquiſtarla; que a
mi ver, no tardarâ mâs, que en quanto llegue la perdida a la noticia
del Rey de Fez; de ſu poder ſoy yo teſtigo. No lo advierto, porque
lo tema, ſino para que advierta V. A. las obligaciones, que lleva a
los ſoldados, que dexa en eſte preſidio. Es el favor de la milicia,
credito, i autoridad de los Reyes: noteſe en ſus aumentos, i ſe echarâ
de ver facilmente. Eſta merced ſola os ſuplico, que auñq auſente,
continueis en ver los peligros, i las dificultades, que allana vueſtro
agradecimiento: ſingular grandeza de los Reyes, poder eſtar preſentes
a los ſubditos en ſus hechos repreſentados en ſus capitanes, i mucho
mâs en los beneficios, que les hazen. Frequentandolos, tẽdreis
vaßallos valeroſos, imperios dilatados, enemigos ſiempre vencidos; i
ſobre todo una fama glorioſa, que vencerâ tanto, como las armas; pues
no la dâ menor cũplir con eſta obligacion._
 
Besòle tras eſto la mano, i con el todos los que ſe hallaron preſentes
a eſte acto. Fue de increyble guſto; i los ſoldados viendoſe
favorecidos dieron a vozes ſeñal de ſu alegria.
 
(6) Con la eleccion de D. Duarte ſe offrecieron de nuevo muchos
cavalleros para quedar en Alcaçar; que eſto es otro bien, que alcança
un Principe, quando acierta en lo q̃ elige; que grangea todos con la
merced de uno. Compueſto al fin todo lo q̃ tocava a la defẽſa deſta
frontera, deſpachó el Rey con la nueva, navios a Portugal, i cõ los màs
del armada, ſe fue a Ceuta, donde llegò martes por la mañana veynte
i quatro de Octubre. Alli acabò de concluyr otras coſas, i remunerô
con muchas dadivas, i mercedes, a todos los q̃ le ſirvieron en eſta
ocaſion, ſin haver otros memoriales, i conſultas, mâs que ſus ojos; que
ſi ſer pudiera verlo todo, fueran fieles, i grandes ayudadores para el
acertamiento de los Principes, haviendo aſsi muchos bien premiados, i
muchos menos quexoſos; por la eſtrecheſa de algunos miniſtros, que la
aconſejan a titulo de no cargar la hazienda Real; i quiçà ſolo para que
aya màs para ſy, i ſus adherẽtes. Ruy de Pina, Gomez Eanes, i Damian de
Goes, encarecẽ mucho los deſpachos generales, q̃ diò el Rey en aquella
ciudad, ſin otra interceſsiõ, q̃ la de los merecimiẽtos, conociẽdo quan
grande falta es en vn Principe, embiar un ſubdito de ſu preſencia, con
el ſemblante, i coraçon triſte; porque no ay daño, q̃ llegue al de ſer
Rey de vaſſallos mal contentos; por los grandes inconveniẽtes, que
reſultã dello.
 
(7) Portòſe D. Duarte en el govierno deſta plaça, aunque pequeña, i
limitada, de ſuerte que ſe echava bien de ver, el talento, que tenia
para los maiores: i aſsi no moſtró menos lo que era en lo poco de un
preſidio, que ſi governara una provincia entera; ſi biẽ con lo exterior
de la perſona encubria eſta verdad, para cõ muchos, q̃ ſe muevẽ por
apariẽcias a calificar los ingenios; porque hablava, comunmente poco,
mas eſto con reſolucion, i modeſtia; de que naciò ſer juzgado por menos
entendido de aquellos, que quieren con la lengua ſuplir la falta de la
prudencia, i del animo.
 
(8) Naciale deſto, ſer tan prevenido, i maduro en ſus conſejos, que ya
màs propuſo coſa, que no ſucedieſſe; con que adquirió gran reputacion

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